LA ANTROPOLOGÍA INSISTENCIAL FRENTE A LA ALIENACIÓN DEL SIGLO XXI
“El tema quilesiano de la persona humana en el marco de la enseñanza de la ciencia geográfica”
Pablo Gabriel Varela
La profundización del significado de la persona humana desde la filosofía insistencial de Ismael Quiles en el campo de la educación, encuentra distintas aristas para la reflexión, en particular, cuando se habla de la enseñanza.
Lo que algunos autores han dado en llamar la “implosión” de las disciplinas y la “explosión” de las mismas [1] – con un marcado incremento desde mediados del siglo XX y resultante de la Segunda Guerra Mundial -, ha ocurrido concomitantemente con “profesionismo”.
3. La transformación que se obró en cuanto a la producción y difusión del conocimiento generó tres aspectos que, a nuestro modo de entender, vale la pena destacar desde la perspectiva del conocimiento geográfico.
Los tres aspectos son: - la multiplicación endógena de los conocimientos y de las disciplinas; la multiplicación de conocimientos y de disciplinas; y la conversión de oficios en profesiones y el surgimiento de nuevas profesiones.
4. La multiplicación endógena de los conocimientos y de las disciplinas. La gran profundización que han experimentado las disciplinas científicas hacia dentro de ellas mismas ha generado una significativa reproducción de los conocimientos cuya circulación en la actualidad es vertiginosa.
La incorporación de recursos económicos y tecnológicos a la investigación en general, y la difusión alcanzada por los medios de comunicación masivos brindan un panorama cada vez más amplio en cuanto al espectro disciplinario.
El saber geográfico también experimentó su propia profundización científica, la cual se vio plasmada, en algunos casos, en posiciones dicotómicas especializadas que atentaban – y a veces aún hoy atentan – contra la unicidad de la ciencia geográfica.
Esa profundización dio lugar a especialidades que, en un principio, parecía que se alejaban de su origen científico, pero que, con el tiempo y por imperio de las mismas demandas epistemológicas, retornaban hacia el núcleo.
Esta profundización se vio asociada al desarrollo de emergentes oficios y profesiones que, en ocasiones, no poseían el sustento teórico suficiente para su existencia o independencia.
5. La multiplicación de conocimientos y de disciplinas. Pero el desarrollo no sólo se operó hacia el seno de las ciencias, sino que éstas, como los conocimientos, se reprodujeron, conjuntamente con las técnicas, las artes, los oficios y las profesiones.
Este fenómeno se hizo presente en toda la sociedad, con claras manifestaciones en la vida política de los estados, los medios de comunicación social, las formas de transporte y hasta las relaciones entre las personas. En este desarrollo científico y disciplinario el tema de la especialización también adquiere aristas particulares. Por una parte, porque los saberes, si bien múltiples, no pueden estar disociados unos de otros. Por otra parte, las situaciones problemáticas que se plantean desde mediados del siglo XX no admiten respuestas o soluciones lineales o unidireccionales, sino complejas, multifactoriales y pluridireccionales. Surge entonces el concepto de relación interdisciplinaria como estrategia para hacer frente a la complejidad de las dificultades científicas y sociales. La ciencia geográfica en este contexto encuentra una clara definición y concreto posicionamiento.
6. La conversión de oficios en profesiones y el surgimiento de nuevas profesiones es una temática que ha adquirido especial desenvolvimiento desde mediados del siglo XX y en la cual ha tenido una particular responsabilidad la universidad que a través de nuevas carreras ha dado lugar a este fenómeno.
7. Los conceptos vinculados con disciplinariedad e interdisciplinariedad se suman a cualquier estudio que de la metodología se realice cuando la misma está referida a la enseñanza de una determinada ciencia.
8. El estudio de la Geografía puede enfocarse desde diferentes perspectivas que van más allá de escuelas específicas de pensamiento o posiciones científicas, dado que se asientan sobre distintas filosofías que hacen a la concepción del hombre.
9. Es en este punto donde queremos subrayar la importancia que tiene el valor de la persona humana desde la filosofía insistencial, pues es un componente de gran significatividad en una definición de la ciencia geográfica y, en consecuencia, de su enseñanza.
10. Cuando en Geografía hablamos de la relación hombre – medio, estamos hablando de un sinnúmero de relaciones tales como la de cada persona humana con su entorno o ambiente; la de cada persona con otras personas; y la del conjunto de personas con sus respectivos medios geográficos. No es un mero binomio matemático. Es una síntesis de relaciones interpersonales en su dimensión temporal y en su vinculación espacial.
En cuanto a esa relación del hombre con su ambiente, el P. Quiles afirma, al referirse a la conciencia cósmica, una de las ocho estructuras complejas que surgen de la esencia de la persona humana, lo siguiente: “Es natural que el hombre tome conciencia de su realidad de ser, inserto en el cosmos material. Es fundamental que al educando se le despierte esa conciencia, para que sepa cómo tiene que desarrollar su cuerpo, sus métodos y sus hábitos vitales, y cómo ubicarse entre las cosas materiales, que se presentan como un todo ordenado frente a él, con su naturaleza y sus leyes. Que sepa manejar las cosas con inteligencia y respeto hacia ellas, es decir, tratando de comprenderlas en su ser y sus estructuras, y manejarlas conforme a ese ser y estructuras propios de cada cosa. Dios puso al hombre en la tierra para que la trabajase y custodiase, es decir, para que la utilizase en provecho propio y la cuidase en sí misma” [2]
Allí, precisamente, remite, en su nota al texto, a la Biblia – intervención que califica como admirable - (Génesis, 2, 15) al señalar que Yahvé puso al hombre en el paraíso para que lo “trabajase y cuidase”. Y que con ello el hombre recibe la tierra no como propiedad absoluta, sino en usufructo con la misión de “trabajarla” y “cuidarla”, es decir, respetar su naturaleza y tratar de conservarla y mejorarla.
Aquí surgen dos conceptos de gran magnitud respecto del hecho geográfico y de la enseñanza: la conservación de la naturaleza y su mejoramiento, ambos como conductas que debe desarrollar la persona humana
11. En el ámbito de la Geografía, ciencia del espacio terrestre y de la relación entre el hombre y el medio, uno de los temas centrales de permanente evaluación y revisión es el de la llamada Geografía escolar o Geografía que se enseña en el sistema escolarizado nacional.
Desde la sanción de la Ley Federal de Educación en 1993, la Geografía quedó incorporada en el conjunto denominado de Ciencias Sociales dentro de la Educación General Básica, hecho que, lamentablemente, fue aplicado en los diseños curriculares con un criterio que terminó menoscabando los contenidos específicos de la ciencia y los aspectos esenciales de su metodología. [3]
La investigación orientada hacia los tramos del mencionado sistema debe tener como rumbos aquellos núcleos principales de la disciplina que den lugar al verdadero objeto de la geografía y de su método, como así también, al significado que representa en el proceso de formación de la persona humana, entendida como personalista, personalizada y personalizante, en el decir quilesiano, rescatando de este modo su verdadero valor en todo desarrollo educativo.
La enseñanza de la Geografía, en cualquiera de los niveles educativos, es un positivo campo para la plenificación de los valores de la persona: el respeto hacia la naturaleza; la solidaridad; la comprensión de las manifestaciones de otras culturas; la responsabilidad social; la defensa de los patrimonios naturales y culturales; el acercamiento a las diferentes expresiones religiosas; el sentido democrático y participativo; la justicia; la prudencia; y el sentimiento de amor a la Patria y al conjunto de la humanidad.
12. Es por ello, que el plan de estudios de Geografía, en la organización del sistema escolar, debe respetar los siguientes aspectos:
a) Su unidad disciplinaria como ciencia.
b) Su integración interdisciplinaria por sus afinidades.
c) Su gradualidad y coherencia interna en tanto cuerpo organizado de conocimientos en atención a su objeto de estudio, sus principios y su método.
d) Su adecuada carga horaria ya que, conjuntamente con la Historia, son dos ciencias fundamentales para la formación de la persona en general, y de ella como ciudadano, en particular.
13. Respecto de lo expresado, el P. Quiles reafirma la necesidad de una formación que apunte a lo que desde nuestra interpretación es lo geográfico. Manifiesta: “Es importante y necesario que el niño, el joven, el adulto, tomen o tengan esa “conciencia cósmica”, y crezcan más y más en ella. En realidad, todas las “ciencias naturales” están destinadas a conocer mejor el cosmos que nos rodea para cultivarlo en provecho propio y para cuidarlo, tratando de no perturbar el orden del universo, de cada cosa y de la totalidad de las cosas. El cosmos no es “del” hombre. Éste ha sido puesto en él para mejor realizarse como persona humana, pero respetando el orden que encuentra establecido y que debe cuidar.” [4]
En este párrafo ubica, en primer término, la centralidad de la persona humana, y luego define con meridiana claridad la relación que con el medio debe establecer, sustentada – de manera esencial – en el respeto hacia su propio orden, y le asigna una responsabilidad: su cuidado. No se trata de una simple relación utilitaria, sino que se basa en una relación responsable, de cuidado y de respeto hacia su puesto en el cosmos.
Estas premisas son indispensables pilares para la construcción de una adecuada metodología de la enseñanza de la ciencia geográfica que, “per se”, es superadora del estricto ámbito natural, por cuanto el estudio del hombre en su relación con éste es también su principal objeto.
También podemos colegir de las palabras del P. Quiles, que esta disciplina científica debe ser parte de todo proceso de educación permanente, por cuanto en su escrito refiere al niño, al joven y al adulto, quienes desde su “educabilidad” [5] están en condiciones de acceder al conocimiento geográfico.
14. En la investigación de las metodologías más adecuadas para la enseñanza de la Geografía – especialmente inspiradas en una filosofía de la educación personalista - nace el rescoldo de lo que en el futuro puede transformarse en una auténtica llama que ilumine la conciencia de la sociedad argentina respecto de lo que puede constituir la contribución del geógrafo profesor para la construcción de un país y sus distintas comunidades. Esto va más allá de los beneficios directos que se adicionan a la mente y al espíritu de los argentinos.
15. En el texto que hemos tomado como referencia directa de nuestro trabajo, subrayamos dos acciones centrales que deben imbuir, hacer enjundiosa la enseñanza que debe impartir el profesor de Geografía:
“Reiteramos que en esta “conciencia cósmica”, propia de la personalización, se incluyen dos aspectos o vertientes de la realidad:
a) Primero, del saber, es decir, el conocimiento de la naturaleza en el cual convergen todas las ciencias sobre la materia y sobre la vida; el educando debe caer en la cuenta de que cada una de las ciencias naturales constituye un aspecto del conocimiento de esa realidad cósmica, que nos envuelve y de la cual formamos parte.
b) Segundo, del deber; esa realidad de la naturaleza no es nuestra, no podemos usarla y manejarla a nuestro arbitrio, sino que sentimos el deber de utilizarla tanto cuanto sea conveniente para nuestro desarrollo personal, integral, manejando cada cosa según su manera de ser, respetando la naturaleza, su equilibrio, su ambiente. Como antes hemos dicho, se trata de un deber, no sólo como condición de autodesarrollo, sino porque no somos creadores ni dueños arbitrarios de ese orden del mundo que encontramos ya hecho y que Dios nos ha encomendado.” [6]
16. La investigación geográfica es una de las herramientas más eficaces para proceder a impulsar iniciativas.
Ya afirmaba Hettner que “el investigador puede, por cierto, saltar los límites trazados entre las diversas ciencias, trabajando quizás con más éxito precisamente en los terrenos fronterizos, pero si no quiere perderse en una maraña sin límites ni sacrificar toda la estructura intelectual, debe partir, en la exposición y enseñanza de toda ciencia, de puntos de vistas determinados, propios y exclusivos de la misma y diversos de los de otras ciencias.” [7]
17. La búsqueda constante de la profundización del ser en sí de la Geografía - superando las barreras de las prácticas y de las escuelas -, es una “necesidad científica” del pensamiento geográfico y, en consecuencia, de su enseñanza.
Las cuestiones vinculadas con el objeto y el método geográficos son motivo de estudio y, a la vez, son eslabones que se concatenan con procesos de actualización y descubrimiento de nuevos conocimientos.
18. Una permanente lectura crítica de la labor de los científicos que construyeron históricamente el pensamiento geográfico hasta la actualidad y un estudio integrador de los hechos y del avance de la ciencia en cada una de las épocas que vivieron, coadyuvan a desenmarañar ciertos temas que aparecen en el presente como núcleos inextricables.
19. Porque lo que era dable en llamarse sistema de ciencias en otras épocas, asimilaba la expresión Erdkunde, como un esfuerzo de Karl Ritter de llevar a la Geografía - interpretada como ciencia de la tierra o geografía general - de disciplina práctica o aplicada a una ciencia pura.
Las apreciaciones de Hettner señalaban que, si bien lo corológico caracterizaba de manera esencial la consideración geográfica, no era lícito hablar de un método corológico, junto a otros métodos descriptivos o investigativos.
Entendía que la corología era “la interpretación de la realidad terrena desde el punto de vista del ordenamiento espacial, en oposición a la interpretación de la realidad propia de las ciencias sistemáticas, desde el punto de vista de la diferenciación objetiva, y a la interpretación peculiar de las ciencias históricas, desde el punto de vista del transcurso en el tiempo.” [8]
Desde otro ángulo, Ratzel hablaba de una ciencia del espacio, con un mayor grado de abstracción y consideraba como propiedades puras la distancia, la longitud y el tamaño, entre otras.
En otro orden, realizaron sus aportes epistemológicos a la geografía humana geógrafos como Demangeon – por lo que significó la definición del concepto- y Gottman, quien desarrolló su método de análisis específico.
20. Una enseñanza de la Geografía centrada en la persona humana – y no en otras posiciones que relativizan a la persona y a la naturaleza misma, desde concepciones materialistas -, afianza el proceso de personalización del niño y del adolescente y promueve el desarrollo de los valores enunciados.
21. Para que esta enseñanza pueda darse en los niveles educativos de Educación General Básica (EGB) y Educación Polimodal debe existir una formación de los profesores en la especialidad profundamente asentada en los principios de la filosofía de la educación personalista.
Notas
[1] Cfr. BORRERO CABAL, Alfonso. Seminario General Internacional para Universidades del MERCOSUR. – SEGISUR -. Universidad Católica del Uruguay “Dámaso Antonio Larrañaga”. Montevideo, 1992.
[2] Quiles, Ismael. Filosofía de la Educación Personalista. 1991. Ediciones Depalma. Buenos Aires. Págs. 152 y 153
[3] Cf. Varela, Pablo Gabriel. Enfoque metodológico de la enseñanza de la Geografía en el marco de la Ley Federal de Educación. Tesis Doctoral. 1996. Biblioteca Central de la Universidad del Salvador.
[4] Ibídem
[5] Quiles, Ismael. Op. Cit. Pág. 84
[6] Quiles, Ismael, Op. Cit. Pág.153
[7] Fragmento de la obra Die Geographie, ihre Geschichte, ihr Wesen und ihre Methoden, Breslau, 1927, libro segundo, extractado de Teoría de la Geografía (segunda parte) GAEA – OICOS. P.H. Randle editor. Buenos Aires, 1984.
[8] Teoría de la Geografía Cfr. GAEA – OICOS – O.p. C.i.t.
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COLOQUIO IX
IX Coloquio Internacional Presencial-Virtual 2004-2005 La Antropología In-sistencial frente a la alienación del siglo XXI.
Primera Etapa Presencial • Buenos Aires 16-17 de junio de 2004Ver Ponencia I • Pautas para una legislación desalienante
HORACIO GIGLI
Fundación Ser y Saber, Buenos Aires.
Ver Ponencia II • El tema quilesiano de persona humana en el marco de la enseñanza de la ciencia geográfica
PABLO GABRIEL VARELA
Universidad del Salvador, Buenos Aires.
Ver Ponencia III • El problema de la especialización. Una respuesta a partir de la pedagogía de Ismael Quiles, S.J.
JORGE MARTIN
Universidad del Salvador, Buenos Aires.
Ver Ponencia IV • Espiritualidad e In-sistencialismo
Pbro. JOSÉ IGNACIO FERRO TERRÉN
Fundación Ser y Saber, Buenos Aires.
Ver Ponencia V • La in-sistencia y el desarrollo de la interioridad para la superación de las distintas formas de alienación
MARÍA VICTORIA RULLÁN MIQUEL
Zaragoza, España.
Ver Ponencia VI • La filosofía in-sistencial enfrenta los desafíos de la educación actual
CELIA GEMIGNANI DE ROMANI
Universidad del Salvador, Buenos Aires.
Ver Ponencia VII • Hacia la recuperación del sentido de la historia. Historicidad y tiempo en la Antropología In-sistencial
ALEJANDRO POWTER
Universidad del Salvador, Buenos Aires.
Ver Ponencia VIII • La historia y la filosofía in-sistencial en el mundo actual
ETHEL BORDOLI
Buenos Aires.
Ver Ponencia IX • La experiencia in-sistencial y la unidad del hombre. La interioridad como camino hacia la unificación del hombre ante las disociaciones propias del siglo XXI
MARIELA MARONE DE POWTER
Universidad del Salvador, Buenos Aires.
Ver Ponencia X • Filosofía In-sistencial: bases para una Estética de la unidad
MARTHA PÉREZ DE GIUFFRÉ
Universidad del Salvador, Buenos Aires.
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